‘Y sin Huelva no hay fandangos’, es el título de la obra de Juan Camacho publicada en volúmenes editados por el Centro de Estudios Andaluces en colaboración con la Diputación Provincial de Huelva, la Autoridad Portuaria de Huelva, la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y la Fundación Caja Rural del Sur, obra presentada este martes en Sevilla en la sede de la entidad. Por parte de la Fundación Caja Rural del Sur intervino, Manuel Ruiz Rojas.
Según explicó el autor en el acto de presentación de la publicación, el origen de la misma es una investigación antropológica en cuatro pueblos de la provincia onubense donde el fandango forma parte importante de su cultura popular, como Almonaster la Real y Alosno, localidad a la que se dedica íntegramente el cuarto volumen de esta obra. Poco a poco el autor fue ampliando las investigaciones que amplió a todos los pueblos de la provincia durante diez años. “En ese tiempo encontré a muchos cantantes de fandango que eran anónimos. Había que encontrar fotos de ellos y recopilar las letras, con esta obra he querido reivindicar a dos cantaores que estaban olvidados: Pepe Pérez de Guzmán y Marcos Jiménez”.
A lo largo de la obra se abordan todos los estilos diferentes de fandangos que existen en la provincia de Huelva, tanto populares como personales, y se hace referencia a todas las tradiciones que se celebran en cada uno de sus municipios: romerías, cruces de mayo , fiestas patronales, semana santa, etc., haciendo alusión a las letras que se cantan en cada una de ellas y destacando signos diferenciales como danzas ancestrales, bailes y romances.
Estructurado en cuatro volúmenes, la obra recopila unas 3.000 letras de fandangos, 600 sevillanas/seguidillas y 800 coplas; y se hacen referencia a 445 cantaores, 190 cantaoras, 160 guitarristas ya una decena de bailaores y bailaoras onubenses, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.
El resultado final se ha condensado en 250 capítulos, agrupados en nueve grandes bloques: el Fandango en general y el de Huelva en particular, como palo del flamenco; las letras que se cantan en Huelva capital, y su periferia (Tomo 1); las letras que se interpretan en la Costa, el Condado y la Sierra (Tomo 2); las que se oyen en el Andévalo y la Cuenca Minera (Tomo 3) y finalmente, las que se escuchan por Alosno (Tomo 4).