La Fundación Caja Rural del Sur colabora en la restauración de la obra “Cristo Crucificado” de la Hermandad de la Santa Caridad

La Fundación Caja Rural del Sur ha colaborado con la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla en la restauración de la pintura sobre lienzo “Cristo Cucificado”, cuya autoría es atribuida a Rubens, probablemente copia de autor anónimo, ubicada en la Sacristía Mayor de la Iglesia del Señor San Jorge del Hospital de la Santa Caridad.

El presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios Álvarez, y el Hermano Mayor de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla, Eduardo Ybarra, en una visita a esta Institución han conocido de primera mano esta restauración llevada a cabo sobre la obra “Cristo Crucificado”.

El lienzo, que perteneció al palacio familiar del fundador de la Caridad, Miguel de Mañara, se trasladó con posterioridad a la Sacristía Mayor de la Santa Caridad, sitio en el que aún permanece, siendo enmarcado por unas profusas yeserías atribuibles a los Hermanos Borja de hojas de acanto, cortezas y volutas.

Dicha obra aparece reflejada en el libro general de inventario de la Hermandad de la Caridad de 1674 como donado a la Hermandad por Miguel Mañara.

Se trata de una copia de un grabado de Paulus Pontius (1603-1658), grabador flamenco que hizo grabado del Crucificado original de Rubens (actualmente en la Pinacoteca de Munich), en cuya litografía aparecen diversas escenas como la ciudad de Jerusalén y dos ángeles luchando, aun lado, con el demonio y al otro con la muerte. En el actual estado de conservación del lienzo, muy limitadas, no puede asegurarse que existan también las imágenes mencionadas.

Se corona el lienzo con un doselete con una inscripción bordada latina, de letras y abreviaturas entrelazadas donde puede leerse “Tu es sacerdos in eternum secundum ordinem Melchisedech”, en alusión clara a que el sumo pontífice de la Iglesia Católica es el Papa, sucesor del Apóstol Pedro investido por el propio Jesucristo, quien, representado crucificado se le proclama expresamente “Sacerdote Eterno” según la orden de Melchisedech, dejando claro así su carácter mesiánico al no pertenecer Jesucristo a la tribu del orden levítico mosaico.

Toda la configuración “museológica” de la situación de la obra fue, pues, pensada con detenimiento y al detalle por el propio Mañara, y allí sigue “in situ”, lo que le confiere un gran valor, no sólo artístico, sino indudablemente histórico.