Retos entintados 

Dibujos con vocación escultórica o esculturas en dos dimensiones, las obras que Pedro Molina (Málaga, 1968) presenta en Trazos esenciales pueden adscribirse a ambas categorías. Sus creaciones, concebidas en sesiones con modelos al natural, son fruto de un reto autoimpuesto: papel en formatos verticales y tinta negra como únicos materiales. Y, lo que es aún más complejo, los modelos solo mantienen la pose ocho minutos, de forma que ese es el tiempo del que dispone para plantear cada obra. Luego, en su estudio de Churriana, dedica horas a trabajar sobre esa idea inicial que, al tratarse de tinta, no admite rectificaciones. 

Formado en la Escuela de Arquitectura de Sevilla (1986-1996), su pasión por el dibujo le acompaña desde la infancia. En 1996 optó por las artes plásticas y comenzó a asistir a la Facultad de Bellas de Sevilla. Desde entonces, no ha parado de experimentar con distintos materiales y técnicas. 

El conjunto que ahora presenta en el Centro Cultural José Luis García Palacios de Sevilla, dentro de la programación de la Fundación Caja Rural del Sur, podrá verse desde el 8 de febrero hasta el 8 de marzo. La muestra reúne una treintena de dibujos y una gran escultura plana realizados entre 2019 y 2023, piezas que ahondan en su juego entre el fondo y la forma con guiños al op-art. Aunque en muchas de estas creaciones seguimos reconociendo las facciones humanas, en otras, segmentación, asimetría y síntesis le acercan a la abstracción. 

Entre sus últimas exposiciones individuales destaca Perversiones de la simetría, en el espacio Contenedor Cultural de la Universidad de Málaga (2022), y De(s)nudos (2023), en el Archivo Municipal de Málaga, junto a cuatro de los artistas que participan en las sesiones de dibujo con modelos al natural.